Por Sergio González @sangoro97

Después del nacimiento del cine en París (Francia) el 28 de diciembre de 1895 con la primera función del Cinematógrafo de los Hermanos Lumiere y del impacto que causó en la sociedad francesa y europea, este espectáculo fue llegando paulatinamente a Latinoamérica, siendo ciertos países más afortunados que otros a la hora de recibir el aparato, así como les permitió iniciar una producción cinematográfica propia en momentos diferentes.

Uno de los primeros países latinoamericanos en conocer el medio cinematográfico fue Brasil, apenas dos meses después de las primeras muestras en Francia y de la mano de los hermanos italianos Paschoal y Affonso Segreto en Río de Janeiro, a quienes también se les atribuyen las primeras filmaciones en ese país, aunque éstas se perdieron con el paso del tiempo. Dichas filmaciones, así como en el caso de sus predecesores, correspondían a paisajes y situaciones de la vida cotidiana. Con los años se fue gestando una producción sólida en Brasil, lo que dio lugar a los primeros largometrajes de ficción como Los Estranguladores (1908), El Crimen de la Maleta (1909) y Os Óculos do Vovo (1913) de Francisco Santos, siendo ésta la película brasileña más antigua que se conserva.

Argentina también fue un país privilegiado, conociendo el Cinematógrafo de los Lumiere el 28 de julio de 1896 y las primeras filmaciones de éstos. La primera película rodada en suelo argentino de la que se tiene conocimiento se le atribuye al francés Eugene Py, quien en 1897 filmó La Bandera Argentina. De ahí en adelante comenzaría una de las cinematografías más productivas de Latinoamérica.

A Brasil y Argentina les seguiría México, al que llegó el Cinematógrafo un año después de su aparición en Francia, producto de la buena relación que existía entre el gobierno francés y el presidente mexicano del momento, Porfirio Díaz. Por esto, en sus inicios el cine mexicano estuvo estrechamente ligado a la política, pues la primera exhibición fue exclusiva para el Presidente, su familia y miembros de su gabinete; así como la primera filmación hecha en el país fue El Presidente de la República paseando a caballo en el bosque de Chapultepec, por obra de los mismo empleados enviados a México por los Lumiere: Gabriel Veyre y Ferdinand Von Bernand, autores de otros 35 cortometrajes de la época.

Además de éstos países que en el futuro se convertirían en potencias cinematográficas, uno de los primeros países latinos al que llegó el cine fue Guatemala, el 26 de septiembre de 1896, poco antes de que llegara a México. Las primeras películas de los Lumiere captaron la atención del público y desde 1910 empezaron a producirse cortometrajes en el país, de manera un poco más tardía que los países anteriores. El primer largometraje guatemalteco fue una coproducción con México, llamado Cuatro Vidas (1949). Un año después llegaría El Sombrerón (1950), primera producción enteramente guatemalteca. Éstos serían los primeros indicios de una producción cinematográfica inestable en el país, debido a la falta de financiamiento y una difícil situación económica.

El 28 de enero de 1897 se darían a conocer las primeras películas rodadas en Venezuela de la mano de Manuel Trujillo Durán, quien el 11 de julio de 1896 fue el encargado de presentar el Vitascopio de Edison en el país. Las primeras filmaciones en suelo venezolano fueron Célebre Especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa y Muchachos bañándose en la Laguna de Maracaibo. La realización de ambas se le atribuyen a Trujillo Durán, pero no hay pruebas confiables de ello, por lo que también se cree que pudieron ser filmadas por empleados de los Lumiere encargados de hacer registros en distintos países. Ambas películas no sobrevivieron al paso del tiempo y se consideran perdidas, quedando como única evidencia de su exhibición un artículo de prensa de la época.

Manuel Trujillo Durán

En 1897 también se da a conocer el cine en Colombia. Pese a que no se conservan registros de la época, se sabe que las primeras filmaciones, como era común en aquellos años, fueron de paisajes y situaciones cotidianas. También se tiene conocimiento de que el primer documental colombiano fue El Drama del 15 de Octubre (1915), que recrea el asesinato del General Rafael Uribe Uribe y que generó polémica en su momento, hasta el punto de que se ordenó destruirla.

El cine también llegaría a Chile en 1897, un 20 de mayo, gracias a un documental filmado en ese país llamado Una Cueca en Cavancha, de la mano de Luis Oddó Osorio y exhibido en el Salón de la Filarmónica de Iquique. Sin embargo, la película chilena más antigua que se conserva es Un Paseo a Playa Ancha (1902).

Por otra parte, si hablamos de Nicaragua, se especula mucho acerca del origen de su cine, aunque se afirma que a finales del Siglo XIX se dio la llegada del Cinematógrafo al país y entre varios registros hechos por extranjeros, se da a conocer Muchachas de Centroamérica Vestidas para Fiestas de Domingo (1897), siendo considerada la primera película nicaragüense.

En cuanto a Panamá, los primeros registros cinematográficos del país se conocen gracias a ser filmaciones de la construcción del Canal de Panamá, que fue un acontecimiento de interés para el mundo. Se tardaría mucho en consolidar la producción de películas, siendo 1946 el año en que se estrena el primer mediometraje del país: Al Calor de mi Bohío, y 1949 el año de estreno de su primer largometraje: Cuando Muera la Ilusión de Rosendo Ochoa.

Sobre Perú, se sabe que el cine llegó a este país con una muestra del Vitascopio de Edison en enero de 1897 y posteriormente, la llegada del Cinematógrafo de los Lumiere en febrero de ese año. Fue un espectáculo del que disfrutó primero la aristocracia del país. En 1899 se hacen las primeras filmaciones peruanas, constando de la misma temática que en otros países: paisajes, hechos de sociedad, corridas de toros, etc. En 1909 se establece la productora Cinema Teatro y en 1913 la Compañía Internacional Cinematográfica, que compitieron ese mismo año por la atención del público estrenando las primeras películas de ficción del país: Negocio al Agua de Federico Blume y Corbacho por parte del Cinema Teatro y Del Manicomio al Matrimonio de María Isabel Sánchez Concha por parte de la Compañía Internacional Cinematográfica.

En Bolivia, el cine llegó a La Paz en 1897 gracias a empleados de los Lumiere, equipados con Cinematógrafos y que ya habían pasado por Chile y Perú. La producción boliviana más antigua que se conoce es Retrato de Personajes Históricos y de Actualidad (1904), que mostraba figuras políticas importantes del momento. Se conoce que hubo un largometraje llamado Corazón Aymará, pero que nunca se estrenó debido a la censura de la época.

En cuanto a Ecuador, si bien se tienen indicios de que el cine llegó y empezó a producirse en este país a inicios del Siglo XX, solo se conservan algunas películas de noticieros de la década de 1920, muchas producidas por la empresa Ambos Mundos y que se perdieron con el paso del tiempo. La primera película de ficción de la que se tiene registro en Ecuador es El Tesoro de Atahualpa (1924), dirigida por Augusto San Miguel. También se sabe de un documental dirigido por el italiano Carlos Crespi Croci llamado Los Invencibles Shauras del Alto Amazonas (1927).

Sobre la llegada del cine a Uruguay, fue en Río de la Plata a finales del Siglo XIX, encontrándose extraviados la mayoría de registros de la época, siendo éstos de corte informativo y algunas películas de ficción. Entre los primeros filmes de ficción uruguayos cuentan Pervache (1920), Una Niña Parisiense en Montevideo (1924) y Almas de la Costa (1924), siendo éste último el único en conservarse en la actualidad.

Acerca de Paraguay, el cine llegó cinco años después de las primeras proyecciones en Francia, es decir, en el año 1900. En 1905 se darían a conocer las primeras filmaciones hechas en suelo paraguayo por parte del argentino Ernesto Gunche. En 1925, Hipólito Carrón grabaría el cortometraje Alma Paraguaya; y en 1932, el primer largometraje de ficción correría a cargo de Roque Funes: En el Infierno del Chaco.

En cuanto a Honduras, se sabe que conoció el cine en 1899 con su llegada a Tegucigalpa. No se tiene más registro audiovisual más antiguo que la película Honduras (1937), rodado por un equipo mexicano a las órdenes del General Tiburcio Carías Handino. Se le atribuye el inicio del cine a la película Mi Amigo Ángel, dirigida por Sami Kafati en 1962.

La llegada del cine a Latinoamérica estuvo definida por muchos factores como el político, el social y el económico, siendo éstos las razones de la aparición de los primeros registros cinematográficos en la región con diferencias cronológicas significativas entre sí. Así mismo, la producción en algunos países fue constante y en otros, muy dispersa; por lo que no es de extrañarnos que muchas filmaciones relevantes para el inicio de muchas cinematografías se encuentren extraviadas. Latinoamérica le ha dado muchas joyas a la historia del cine, pero producidas en medio de estancamientos y conflictos de toda índole. Sin duda, un adelanto de lo que sucede en varios países en la actualidad.

Escrito por

Gaceta Tropical

Revista digital de Arte y cultura latinoamericana.